Llevo varios días pensado y pensando en la misma idea que me ronda la cabeza desde hace unos meses: no sé qué voy a hacer con mi vida. Sinceramente me siento identificada con muchas personas en ese aspecto, porque tal como está el asunto ahora muchas personas acaban haciendo un último viaje a la azotea de su edificio. Pero creo que no han recibido la educación que deberían de tener a los 30 y tantos años que tienen. No voy a ser una de esas personas, eso ya lo tengo claro. Lo que me preocupa es no saber a dónde voy ni como, ni con quién...
No es por pedir mucho, pero a veces me gustaría que llegara alguien con una capa morada, un bastón en la mano, y una barba infinitamente larga y me diera un libro en cuál esté escrito todo mi destino, incluso el día de mi muerte. Sería traumático, lo sé, pero ¿quién no querría saber todo lo que le va a pasar en lo que le queda de vida?
Así que, me digo ánimo a mi misma a seguir luchando por un futuro incierto.
